Resulta extraño pensar en situaciones en las que no debes usar el ascensor. Tenemos tan asumido el uso de este medio de transporte, por su rapidez y comodidad, que en muchas ocasiones puede parecernos natural utilizarlo incluso si cuando se produce una emergencia.
Esto, por supuesto, no es siempre así. Los ascensores son prácticos y realmente seguros, pero existen diversas situaciones excepcionales en las que utilizarlos puede ponernos en peligro. Aunque no resulte lo más intuitivo, son momentos en los que recurrir a las escaleras será una idea mucho mejor. Aquí tienes varios ejemplos:
Ya hablamos en una ocasión de por qué no debes usar el ascensor en un incendio, pero siempre es buena idea recordarlo. Y es que los ascensores dependen de la electricidad, y el suministro eléctrico suele ser una de las primeras víctimas de los incendios… si no es por el fuego, será por los bomberos, que siempre lo cortan.
Además, el humo y los gases nocivos generados por el incendio tienden a subir por el hueco del ascensor, que se convierte en una especie de chimenea improvisada. Si nos quedamos atrapados en él, sin corriente y respirando ese aire, estaremos en grave peligro.
Incluso en inundaciones leves, el agua suele acumularse en el foso del ascensor. Como es evidente, los mecanismos de los ascensores no están diseñados para estar en contacto con el agua, por lo que rápidamente empezarán a corroerse. Por si esto fuera poco, habrá también riesgo de cortocircuitos. No importa que haya mucha o poca agua: en una inundación, e incluso después de ella, es mejor esperar a que la empresa de mantenimiento de ascensores certifique que estos son seguros.
Durante una tormenta eléctrica pueden producirse frecuentes cortes de luz. No tienen por qué ocasionar daños graves, pero podríamos quedarnos atrapados dentro del ascensor hasta que el servicio se restablezca. Además, si las precipitaciones son intensas, podrían producirse también filtraciones de agua que nos llevarían al punto anterior: por qué no es buena idea utilizar un ascensor durante o tras una inundación.
En un seísmo, es frecuente que el contrapeso del ascensor descarrile. Sin este mecanismo para equilibrar el peso que debe soportar el motor, puede suceder que el ascensor vaya demasiado rápido, que el contrapeso impacte con fuerza contra él o, incluso, que la cabina se caiga. En cualquiera de los tres casos, una situación que no es recomendable vivir.
Durante la mayor parte del tiempo, el ascensor será nuestro mejor aliado para movernos por el edificio. Pero creemos que siempre viene bien conocer las posibles situaciones de peligro en la que podríamos encontrarnos, y en las que no utilizar el ascensor pude llegar a salvarnos la vida.
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