Ascensores instalados en vertiginosas paredes naturales, trepando por edificios futuristas o deslizándose entre peces, en medio de una enorme columna de agua salada. ¿Cuál es el ascensor más espectacular? Cada cual tendrá su opinión al respecto, pero quizá el simbólico título de ascensor más espectacular de la Tierra habría que otorgárselo a uno de los cinco que aquí te presentamos.
El asombroso ascensor de Bailong se encuentra en pleno Parque nacional de Zhangjiajie, en China. Y no está allí por casualidad, ya que ese parque ha sido durante décadas una de las zonas con mayor afluencia de visitantes de todo el país. En los años noventa, sin embargo, alguien decidió que una obra colosal añadiría atractivo turístico a los paisajes montañosos de la región. Una decisión discutida que hizo que en mitad de la maravilla natural apareciese, de repente, una estructura metálica de casi 330 metros.
Polémicas aparte, el ascensor de Bailong, o de los Cien dragones, es, desde su finalización en 2002, el elevador al aire libre más alto del mundo. Sus tres cabinas ascienden pegadas a una inmensa pared de roca en un trayecto que culmina con una vista sobrecogedora y que disfrutan, cada día, varios miles de personas.
Radicalmente distinto a la obra china, aunque nacido casi al mismo tiempo, es el Aquadom: un gigantesco acuario cilíndrico que aloja el Radisson Blu Hotel, situado en lo que en tiempos fue el Berlín oriental. Por extraño que parezca, por el interior de esa descomunal pecera de 25 metros de altura y 11 de diámetro se desplaza un ascensor que llega hasta la planta más alta de hotel.
La estructura del conjunto está fabricada en vidrio sintético y los ocupantes del ascensor pueden observar con calma cientos de peces de docenas de especies distintas. Por supuesto, la espectacularidad de la instalación tiene su costo: varios buceadores deben encargarse diariamente de dejar el enorme tanque de agua como los chorros del oro. Si no es el ascensor más espectacular del planeta, sí estamos seguros de que está en el top ten.
Seguimos hablando de dimensiones colosales, porque el siguiente ingenio elevador forma parte del Globen Arena, el mayor edificio hemisférico del planeta. Se trata de un estadio deportivo con aspecto de pelota de golf gigante que se ha convertido en uno de los iconos de Estocolmo. Pero lo más sorprendente es el llamado SkyView, un ascensor en forma de esfera de vidrio que recorre la curvada pared exterior del complejo y llega hasta su cima.
El recorrido en las cabinas, que tienen capacidad para una quincena de personas, resulta tan espectacular que numerosas parejas lo eligen para celebrar su boda. Pero lo que espera al final del trayecto también vale la pena: la capital sueca vista desde los imponentes 130 metros de altura del Globen.
Tampoco le faltan vistas al Arco Gateway, en el estado norteamericano de Missouri. Pero ahora no se trata de un edificio, sino de un monumento de extraordinaria altura que el arquitecto Eero Saarinen diseñó a mediados del siglo XX. Para subir al punto más elevado de lo que también se conoce como Puerta hacia el Oeste, se ideó un peculiar y futurista ascensor-tranvía.
El elevador está formado por varias cápsulas de pequeñas dimensiones, que transportan a los visitantes hasta el vertiginoso observatorio instalado en la cima del arco, a unos 200 metros sobre el suelo.
Nuestro último candidato a ascensor más espectacular del mundo es el ascensor exterior de Hammetschwand, en el corazón de Suiza. No concede tanto tiempo como otros para disfrutar de la ascensión, porque sube más de 150 metros en un minuto escaso, pero una vez arriba se puede contemplar una panorámica incomparable sobre el lago de Lucerna.
El ingenio, instalado en los primeros años del siglo pasado, está vinculado a un impresionante sendero que discurre por la montaña Bürgenstock y que también cuenta con una popularidad centenaria. La obra fue considerada en su día un alarde técnico, y en la actualidad continúa siendo el ascensor exterior de mayor altura en territorio europeo. Al igual que la ruta que lleva hasta su estructura, el ascensor de Hammetschwand ha tenido que superar problemas de seguridad y mantenimiento, pero ha conseguido llegar a nuestros días como uno de los grandes atractivos del cantón de Nidwalden.
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