En una comunidad de vecinos el ascensor forma parte de los elementos comunes, por lo que todos los vecinos tienen la obligación de utilizarlos adecuadamente con el fin de mantener su correcto funcionamiento. Sin embargo, que respetemos el límite de carga o no saltemos en el interior del habitáculo no son las únicas normas que hay que respetar.
Para que exista una relación cordial los vecinos de un bloque de viviendas deben seguir una serie de normas de respeto y educación. Al igual que ocurre en una cena de trabajo o una comida familiar, en un ascensor también existe un protocolo, aunque aquí, por fortuna, no hay que aprenderse de memoria los usos que poseen los múltiples cubiertos. La mayoría de estas normas son de sentido común.
En un bloque de viviendas que cuenta con más de un ascensor, un vecino no debe pulsar todos los botones y coger el que llegue primero. Es una falta de respeto a los vecinos que están esperando el ascensor en las plantas superiores o inferiores.
Una vez que se abran las puertas del elevador, es conveniente pasar si éste no va lleno y, si en ese momento vas cargado con bolsas de la compra o cualquier otra mercancía, no entres y espera a que otro ascensor baje vacío.
Cuando se entra en un ascensor es de buena educación saludar y situarse en el fondo, sin dar la espalda a los ocupantes. Asimismo, se debe dejar libre la zona de botones para que los nuevos ocupantes puedan pulsar y acceder a su planta. Si no es posible, entonces habrá que preguntar al nuevo pasajero a qué planta se dirige y pulsar el botón por él.
Por último, conviene recordar que en el ascensor de una comunidad de vecinos no se debe comer ni fumar.