El peso que puede soportar un ascensor viene determinado por una suma de factores que varían en función de cada caso.
1. Requisito técnico: No es solo el tamaño de la cabina lo que importa, existen unas normas que deben garantizar la seguridad a quienes viajan en este aparato, determinando la velocidad máxima de funcionamiento, los materiales empleados, el uso de energía y el espacio del que dispone.
2. Pruebas: Cada vez más ascensores se ubican en edificios que antes no disponían de este elemento. Por tanto, hay que introducir la cabina en espacios que no fueron pensados para ello, haciendo imprescindible realizar ensayos de instalación movilizando 1.25 más carga de la nominal permitida.
3. Normativa española: Se adaptó en 2016 a la normativa europea y obliga a que se fabriquen cabinas que dispongan de un espacio y resistencia óptima en función del número de personas y peso se quiera transportar.
4. Número de usos: No es lo mismo un ascensor de un edificio de viviendas pequeño que otro de una gran edificación empresarial. En el segundo caso habrá un mayor número de usos diarios, aspecto que se deberá tener en cuenta en el sistema de suspensión.
5. Seguridad: Aunque suene curioso, el ascensor es el medio de transporte más usado en el día a día. De ahí que no sobrecargarlo sea un requisito fundamental para su correcto funcionamiento.
En cualquier caso, la placa que indica el peso máximo que permite el ascensor se ubica dentro de la cabina. Es importante que recuerdes que no se trata de un capricho ni una cifra puesta al azar, se corresponde a una unión de criterios técnicos y leyes físicas que garantizan tu seguridad.
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