La arquitectura no solo es la ciencia de diseñar y construir la gran variedad de edificios que pueblan una ciudad, sino también forma parte del selecto grupo de las bellas artes. Así se aprecia cada vez que contemplamos edificios tan pintorescos como el Taj Mahal, en India, la Ópera de Sidney, en Australia o los rascacielos que adornan el área financiera de Dubai.
Precisamente, en muchos bloques de oficinas que encontramos en las grandes capitales del mundo, los arquitectos se han servido de un elemento bastante común para dar a este tipo de edificios la belleza que inspira la arquitectura. Nos referimos a los ascensores panorámicos.
Puede que haya tenido la fortuna de subirse en uno de estos o puede que no le entusiasme demasiado la idea de ver una ciudad a sus pies, pero seguramente se ha topado con alguno. Los ascensores panorámicos son ascensores destinados a la elevación de personas y objetos y que se caracterizan por tener las cuatro paredes de cristal.
Los ascensores panorámicos pueden ser instalados tanto en el interior como en el exterior de un edificio y no resulta extraño dar con uno en un bloque de oficinas, un hotel, un centro comercial o incluso un museo. Así ocurre con el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, en cuya entrada encontramos dos ascensores panorámicos.
Fuente: Wikimedia Commons
Como ocurre con cualquier instalación, la colocación de un ascensor panorámico dependerá de ciertos factores como la orientación de la fachada por la que circulará o las condiciones climáticas de la zona.
Y debido a que el cristal resulta la pieza clave de los ascensores panorámicos, la normativa UNE-EN 81-1: 2001 obliga a que los fabricantes de ascensores utilicen vidrio de seguridad laminado con el fin de evitar lesiones y caídas en el caso de que alguna de las ventanas se rompa. En los ascensores panorámicos de Ascensores Abando descubrirá que seguridad y belleza van de la mano.