Ascensores del Coliseo Romano: tecnología de hace casi dos mil años
Los ascensores del Coliseo son una de las muchas curiosidades que suelen sorprender y admirar a todas las personas que visitan este monumento. Y es que es fácil olvidar que los elevadores no son, en absoluto, un invento reciente: en este imponente edificio, de casi dos mil años de antigüedad, los ascensores cumplían un papel muy importante. Veamos en qué consistía.
Las obras del Coliseo Romano, también llamado anfiteatro Flavio -por el emperador Flavio Vespasiano, bajo cuyo gobierno se comenzó a construir el edificio-, concluyeron en el año 80 d.C. Como seguramente todos sabemos, el Coliseo estaba destinado a los espectáculos: combates entre gladiadores, fieras… e incluso impresionantes batallas navales, llamadas naumaquias, para las que se inundaba completamente la arena del anfiteatro.
Con un aforo inicial de hasta cincuenta mil personas y unos eventos tan elaborados y ambiciosos, podemos imaginar que las labores de organización y, en general, la logística eran realmente complejos. Todo este trabajo estaba centralizado en el subsuelo del Coliseo, una amplia zona llamada hipogeo.
Allí, en el hipogeo, se se encontraban las salas donde los luchadores aguardaban a ser llamados, las celdas de los desafortunados prisioneros escogidos para el combate, las jaulas de los animales, armerías y todo tipo de estancias de servicio. Todo lo necesario, en definitiva, para la organización de los espectáculos.
Pero, ¿cómo se comunicaba el hipogeo con la arena? Aquí es donde entran los interesantes ascensores del Coliseo.
¿Cómo eran y cómo funcionaban los ascensores del Coliseo?
El transporte de material y animales del hipogeo a la arena se realizaba por medio de intrincado un sistema de rampas y nada menos que veintiocho ascensores, catorce de ellos en el extremo norte de la arena y los otros catorce en el extremo sur.
Los ascensores del Coliseo eran una maravilla de la ingeniería: constaban de un eje vertical unido a unas cuerdas que sujetaban la cabina del elevador y desplazaban sus aproximadamente 300 kilos hasta un altura de siete metros. Los ascensores funcionaban manualmente, con la fuerza de unas once personas. Cada día, 200 esclavos trabajaban moviendo los ascensores del anfiteatro.
Al igual que las rampas, los ascensores estaban ingeniosamente camuflados en lugares estratégicos de la arena, desde los que en el momento apropiado se liberaban a los animales o los gladiadores que debían luchar.
Aquellas personas interesadas en los ascensores del Coliseo pueden contemplar, como parte de la visita al monumento, una reproducción de los mismos. Está construida con las mismas técnicas y materiales con los que se fabricaban los ascensores originales.
Aunque solo sobrevive un tercio de la estructura original, no cabe duda de que el Coliseo, el hipogeo -hoy en día descubierto, al haber desaparecido la arena- y su interesante sistema de ascensores siguen siendo impresionantes.
Por nuestra parte, en próximos artículos de esta serie os hablaremos de otros interesantes ascensores de la historia y todas sus curiosidades. ¡Estad atentos!