Seguimos una semana más con nuestra serie de artículos sobre mitos y realidades sobre ascensores; y es que son muchos los usuarios que comparten creencias erróneas sobre estos sistemas de elevación. Hoy vamos a conocer nuevos datos curiosos sobre este ámbito.
Mito –> Por ley, todos los ascensores deben contar con espejos.
Realidad –> No hay ninguna obligación de colocar espejos en los ascensores. Su uso en estos espacios simplemente sirve para ‘reducir’ el diminuto tamaño del habitáculo. De esta forma, el usuario sentirá menos claustrofobia.
Mito –> Si nos quedamos encerrados en un ascensor, lo mejor es salir por la trampilla superior.
Realidad –> Este mito se ha extendido en los últimos años por culpa del cine de acción. Si nos quedamos encerrados en un ascensor, donde más seguros vamos a estar es precisamente dentro del habitáculo. Intentar abrir las puertas o las trampillas de emergencia no es lo más recomendable, en esas situaciones. Lo mejor es pedir ayuda y esperar.
Mito –> Si el ascensor viaja con exceso de peso, el cable se romperá.
Realidad –> A la hora de usar un ascensor, debemos atender a las especificaciones técnicas que aparecen en los paneles informativos. Si superamos el peso máximo permitido, no hay peligro de rotura de cable. Lo normal es que el mecanismo nos avise del problema y no permita hacer el viaje. Eso sí; debemos saber que, cuanto más forcemos la máquina, mayor es la exposición a fallos en el servicio.
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