San Valentín se acerca y por ello queremos profundizar en cómo el ascensor, puede que por el cine y la televisión, se ha convertido es un espacio de fantasía y excitación.
Un estudio realizado por Chris Bale en la Universidad Central de Lancashire señalaba que dependiendo de la manera en la que entablamos contacto con el acompañante, así se desarrollará nuestra relación que puede acabar en: colegueo, cumplidos y piropos, sugerencias sexuales y el humor. Las mujeres prefieren esta última y los hombres la relacionada con el sexo, que raramente suele funcionar.
Qué es lo que hace tan excitante a un ascensor
Los lugares cerrados a muchos les produce claustrofobia, pero por otro lado la proximidad con otra persona y el tratarse de un lugar público puede llegar a ser estimulante para otros, así como el hecho de correr el riesgo de ser pillados por exhibicionismo o porque el acompañante sea un perfecto desconocido.
Como hemos indicado al principio, una cosa es la ficción y otra la realidad, y realizar este tipo de fantasías requiere que diversos factores se produzcan al mismo tiempo para hacerlo realidad, por ejemplo:
- Que el ascensor tenga un botón de STOP y no se tenga prisa.
- Que el trayecto sea más o menos largo, ya que con dos pisos el tiempo es relativamente corto
- Que en el ascensor no viaje un gran número de personas, aunque bueno…nunca se sabe
- Cuidado con las miradas indiscretas. Si el ascensor cuenta con una cámara de video vigilancia se puede llegar a tener un problema legal.
En definitiva, las fantasías pertenecen a cada uno, pero si lo que necesita para realizarlas es un ascensor con las mejores calidades del mercado, cuenta con Ascensores Abando en Bilbao, 944 100 755. También disponemos de un excelente servicio de mantenimiento y reparación.