Supersticiones sobre los ascensores: ¿tú también las compartes?
Las supersticiones sobre los ascensores, como las que existen en muchos otros ámbitos, son creencias sin una auténtica base real, y que, a pesar de ello, están mucho más extendidas de lo que imaginaríamos.
De la misma manera que muchas personas aún hoy en día evitan pasar debajo de una escalera, o no se sienten cómodas cuando un gato de color negro pasa frente a ellos, también hay quien está convencido –lo confiese o no- sobre las ideas que vamos a contar en este artículo.
Puede que incluso tú mismo creas, aunque sea un poco, en las siguientes supersticiones sobre ascensores. ¡Veamos si te son familiares!
Evitar los números trece y cuatro
En un artículo anterior ya hablamos largo y tendido sobre la superstición del número trece en el ascensor. Este número es considerado de mala suerte en Occidente, un estigma que en China recae sobre el número cuatro. Por eso, en Occidente aún hay muchos edificios en cuyos ascensores la planta trece está disimulada (por ejemplo, con un 12+1 o 12B), y en China sucede lo mismo con todas plantas que contengan el número cuatro. ¿La razón? En el idioma chino, las palabras “cuatro” y “muerte” se pronuncian de forma muy parecida.
Si llevamos mucho peso, podemos caernos
Una de las supersticiones sobre ascensores más habituales, tal vez por influencia de las películas. Muchas personas creen que si subimos al ascensor superando su límite de peso, corremos el riesgo de que se caiga. Nada más lejos de la realidad: si hacemos eso, lo más probable es que el ascensor no cierre sus puertas hasta que el nivel de carga sea menor. Menos excitante, pero mucho más seguro.
Las pueden abrirse en cualquier momento, incluso entre plantas
Hay quien teme que las puertas del ascensor se abran en medio del trayecto. ¿Puede suceder esto? Una vez más, no, en absoluto. En los ascensores modernos, las puertas se abren únicamente cuando la cabina, cuyo sistema las controla, llega a su planta. Ni antes ni después.
¿Por qué hay espejos en los ascensores?
Es posible que tú mismo te hayas preguntado en alguna ocasión por qué hay espejos en los ascensores. ¿Qué misterio encierran? Lo cierto es que… uno muy poco emocionante: los espejos comenzaron a instalarse en los ascensores cuando estos aún eran muy lentos y los trayectos, por lo tanto, especialmente aburridos. Los espejos cumplen la doble función de entretener a los pasajeros y aliviar la sensación de claustrofobia por estar en un espacio cerrado.
El ascensor cuelga solo de un cable
Es una superstición sobre los ascensores que también se ve con frecuencia: la creencia de que el ascensor cuelga de un único cable, y que, si este se rompe, la cabina se caerá. Tal vez sea así en el cine, pero no en el mundo real. Los ascensores cuelga de un complejo sistema de cables de acero y mecanismos que lo sostienen y lo mueven, por lo que haría falta que se rompiesen muchísimas cosas para que la cabina cayera al vacío. Podemos estar tranquilos.
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