¿Cómo perder el miedo a los ascensores?
Lograr perder el miedo a los ascensores no es, por lo general, demasiado complicado, pero puede requerir cierto trabajo, dependiendo de cada persona. Como ya sabremos, la fobia a los elevadores puede manifestarse con diferentes niveles de intensidad, como cualquier otro miedo, y se caracteriza por un miedo intenso e irracional a utilizar este medio de transporte.
El miedo al ascensor está íntimamente relacionado con la claustrofobia, que es como se denomina al temor a los espacios cerrados, y más aún si están escasamente iluminados. Se calcula que entre un 6 y un 8 % de la población padece este problema. El miedo a los ascensores suele surgir como una combinación de claustrofobia, por el reducido tamaño de la mayoría de las cabinas, y temor irracional a sufrir un accidente.
Perder el miedo a los ascensores es algo que muchas personas consiguen por sí mismas. Como decíamos, no suele ser demasiado complicado. No obstante, en los casos más extremos puede ser necesario recurrir a ayuda psicológica, médica o farmacológica.
Debemos comprender que el miedo al ascensor, y en general los problemas de claustrofobia, suponen un serio problema para las personas que los sufren, que en su día a día se ven obligadas a pasar por muchos espacios cerrados.
5 consejos para perder el miedo a los ascensores y superar la claustrofobia
- Intentarlo poco a poco. En ocasiones, perder el miedo a los ascensores es cuestión de reunir fuerza de voluntad e ir realizando pequeños avances. Puede ayudarnos racionalizar la cuestión -muchísimas personas utilizan el ascensor a diario y no les pasa nada- e ir acompañados de personas de confianza que nos distraigan. Si el nuestro es un caso leve, lograremos superarlo poco a poco, poniéndonos pequeñas metas.
- Técnicas de relajación. Podemos realizarlas nosotros mismos o recurrir a un psicólogo o coach. Existen numerosas técnicas de relajación específicamente diseñadas para calmar el miedo a los espacios cerrados, y en concreto a los ascensores. Es recomendable informarnos sobre ellas y probarlas.
- Psicoanálisis. A veces, el miedo a los espacios cerrados es un síntoma de algún tipo de miedo o trauma del que no somos totalmente conscientes. Si sospechamos que es nuestro caso, tal vez podría ser buena idea recurrir a un psicoanalista que descubra de dónde procede el miedo y nos ayude a racionalizarlo y, con el tiempo, eliminarlo.
- Terapia cognitiva del comportamiento. En este caso, se trata de un tipo de terapia que se realiza con la guía de un psicólogo. Se trata de aprender a controlar los pensamientos negativos que surgen en las situaciones que nos dan miedo. El porcentaje de éxito de este tipo de terapias suele ser muy elevado.
- Terapia psicofarmacológica. En los casos más graves, puede ser necesario recurrir a la ayuda de un psiquiatra, que diseñará una terapia cognitivo conductual en la que se incluirán fármacos especiales para este tipo de casos.
Perder el miedo a los ascensores y superar la claustrofobia es posible, nunca debemos dudarlo: puede lograrse avanzando poco a poco y, si es necesario, contando con la ayuda de un profesional. Desde luego, ¡merece la pena intentarlo!
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